Y de repente el poeta dejo su mente a un lado y prefirió dejarse llevar por un flujo irresistible, que le llevo en volandas a escribir estas palabras que provenían de muy adentro:
“El mundo ante mí, una garganta insolente que devora a los ilusos que se alimentan de aquellas cosas que no necesitan y que sin embargo les mantiene abducidos en la mediocridad. Y a su vez el mundo, con su aire fresco y revelador de las mañanas con su rocío, aquel que me apacigua el rostro mientras camino hacia el despertar de un nuevo sol entre valles y montañas.
El mundo y su corazón latiendo al ritmo del sol que habita como en cada uno de nosotros a tan variadas frecuencias.
No soy más que un observador y eso me hace privilegiado en este momento, mi desapego y mi alma unidos para contemplar la vida y el cambio a cámara lenta, desde una posición diferente, huyendo del ruido y sin embargo la nitidez no me abandona en ningún momento.
Soy el pescador de la luna, aquel que se confunde con una estrella fugaz, aquel que se divierte y que desea el entendimiento para consigo mismo, aquel que lidera su vida ahora y que reconoce el recorrido y sentido de su sedal hacia el aprendizaje.
Tengo la virtud de ser yo, mas no siempre lo consigo, mas me siento capaz de elevarme al infinito para contemplar el momento de unión de todos los seres, en la más bella explosión de amor conmigo dentro. Ese es y qué sino el verdadero big bang.
Las puertas se van abriendo y me llevan a lugares bellos cada día, me felicito por descubrir nuevos rostros y contemplar el mío tan distinto. Los saludos y las sonrisas con los que me encuentro o me cito, me desconectan del sufrimiento y me acercan al apogeo del éxtasis que siento cerca de las avenidas por las que transito.
Dejadme soñar en vida, dejadme contemplar la luz que nos une, dejad a un lado la tibieza de vuestros hábitos y vivid la vida conmigo. El atajo hacia la felicidad es poder conectarnos con el maravilloso espectáculo de nuestra vida, en la que somos protagonistas y cuyo final aun está por escribir.
¿Que te falta para escribir tu guion? ¿Qué precisas para encender esos focos y brillar desde dentro? ¿De qué te alimentas y que estas dispuesto a hacer para culminar tu meta?
Me gustaría ayudarte pero sabes que solo soy un testigo de la realidad que deseas sentir, y que desde mi luna, te tiendo mi caña sin cebo, para que subas conmigo a contemplar en silencio lo que esta noche quieres que te cuente tu alma.
Ese mensaje te golpeará, acudirá a ti como esa pista definitiva de lo que ya intuyes que no tiene, si así lo deseas un final: la vida, la vida eterna”